domingo, 22 de junio de 2008

NUEVOS AVANCES DEL PVC

NO EXISTE BASE CIENTIFICA PARA ELIMINAR LA PRODUCCION DE PVC

1. congreso aea technolooy (laboratorio britanico) sobre muestras tomadas en 11 puntos con mayor producción de pvc. (12/16.08.96)
- no existen dioxinas tóxicas o furanos en el pvc virgen.

2. agencia de medio ambiente sueca. (28.06.96)
- es completamente recomendable fabricar y reciclar el pvc.
- la reducción del contenido de pvc en los residuos sólidos urbanos no reduce la formación de dioxinas en el proceso de incineración.

3. fundacion holandesa "stichting bouwreresearch" (sbr) (1996)
- estudio patrocinado por el ministerio holandés del medio ambiente.
- expone las directrices para la construcción de viviendas.
- el pvc está en todas las listas de materiales preferibles.
- la gran ventaja del pvc es su facilidad de reciclaje.
4. comisión de las comunidades europeas (direccion general iii c-4) e instituto de investigación tno sobre plásticos y caucho de holanda (julio 1995)
- son injustificados diversos aspectos acerca del pvc que han sido motivo de preocupación en el pasado.
- los productos fabricados con pvc no producen un medio ambiente ni mejor ni peor que otros productos de los llamados alternativos.

5. american society of mechanical engineers. (1995)
- no existe relación alguna entre el cloro contenido en los residuos sólidos urbanos y la producción de dioxinas.

6. enquete kommission (gobierno aleman) (setiembre 1994).
- el pvc no deberfa ser sustituido por otros productos.
- debería desarrollarse más su reciclado.

7. academia de ciencias francesa. estudió la oloxina y sus analogos. (setiembre 1994)
- ningún elemento permite considerar hoy en dia que la dioxina y productos análogos constituyen mayor riesgo para la salud pública.

8. instituto de oncologia "felice addari" italia (1993).
- no existe ninguna diferencia entre el agua embotellada en vidrio y aquella embotellada en pvc.

9. association of the dutch chemical industry (diciembre 1991)
- el pvc es una excelente alternativa para la fabricación de marcos de ventana, especialmente desde el punto de vista del impacto sobre el medio ambiente.

10. agencia de medio ambiente americana (epa).
- la contribución de la industria del pvc a la formación de dioxinas es mínima.


EL PVC: COMPORTAMIENTO EN CASO DE INCENDIO

INTRODUCCIÓN

Se puede afirmar que, en un elevado porcentaje de siniestros, las deficiencias técnicas de la edificación en orden a la protección contra incendios son las causas primordiales de la propagación catastrófica del mismo.

Es necesario que, al proyectar una edificación, se tenga en cuenta el empleo adecuado de los materiales de construcción y que la estructura arquitectónica facilite la prevención, detección y extinción en caso de incendio. Se impone, por tanto, un estudio detallado de la influencia de aberturas y canales de servicios comunes (pasillos, escaleras, ascensores, climatización, conductos de cables, etc.) cuya disposición o composición puede contribuir a aumentar la magnitud de un siniestro (extensión del fuego y de los gases generados), la realización de accesos suficientemente amplios para los servicios de extinción y la sectorización adecuada para evitar una propagación fácil en caso de incendio.

En el caso de edificios industriales, estas medidas se han de complementar con un departamento de seguridad a cargo de técnicos especialistas que desarrollen medidas preventivas o de actuación en caso de incendio en función de la peligrosidad de cada zona.

Dado que el comportamiento frente al fuego de los materiales empleados (facilidad de inflamación, velocidad de propagación de la llama, calor de combustión, opacidad y toxicidad de los humos, efecto corrosivo de los gases generados) y sus características de combustibilidad son muy importantes en el inicio y desarrollo de un incendio, vamos a intentar analizar en este artículo el comportamiento general del PVC en un incendio.

COMPORTAMIENTO FRENTE AL FUEGO.
El PVC resiste sin modificación hasta los 100 ° C y la verdadera combustión entendida como define la norma UNE 23.7272-90 ( reacción exotérmica de una sustancia, llamada combustible, con un oxidante, llamado comburente, y que va acompañado por una emisión lumínica en forma de llamas o incandescencia con desprendimiento de productos volátiles y/o humos, y que puede dejar un resíduo de cenizas) no se produce, salvo excepciones, antes de los 250-300 ° C.


Por otro lado, existen una serie de ensayos de laboratorio (aplicando llama) que permiten comprobar la reacción de los materiales ante el fuego y clasifican la combustibilidad de estos en diferentes grados que son:

- M0: aquellos que apenas se encienden realizando los ensayos.
- M1: aquellos que arden en la llama pero que se apagan en ausencia de ésta.
- M2: aquellos que continúan ardiendo aún después del encendido.
- M3: aquellos que arden vigorosamente o explotan.

La mayoría de las formulaciones de PVC ensayados (Tabla de Identificación de Plásticos del Dr. Hans Jürgen Saechtling) dan un grado de combustibilidad M1 (únicamente los plastificados, es decir, aquellos que contienen en su estructura molecular una serie de aditivos para que pierdan la rigidez, o los de alta resistencia tratados con EVAC, pueden presentar grados de combustibilidad M2), lo que significa que sólo queman mientras se les aplica la llama, apagándose inmediatamente cuando ésta se retira.

Estos resultados también son observables en los numerosos ensayos realizados en el Laboratorio del Fuego del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios y Salvamento del Ayuntamiento de Barcelona.

El buen comportamiento del PVC ante el fuego (M1 significa muy poco combustible) se debe al alto porcentaje de cloro (un halógeno que se utiliza como ignífugo en algunos materiales y que está presente en algunos agentes extintores denominados halones) presente en su composición, hasta un 57 % en peso, elemento ignífugo por constitución y que dificulta la acción de la llama, arde con dificultad y no la propaga.

Cuando el PVC arde o combustiona, desprende monóxido de carbono, dióxido de carbono y cloruro de hidrógeno (gas), pero no se ha detectado nunca ni cloro libre ni trazas de fosgeno (gases altamente tóxicos). Por otro lado, se ha demostrado que el PVC no puede, por sí mismo, producir dioxinas y furanos ya que numerosos estudios recientes han probado que cualquiera que sea la cantidad de PVC contenida en el combustible (básicamente en basuras orgánicas) la cantidad de las Dibenzo-p-dioxinas policloradas (hablamos de éstas en concreto porque, aunque están clasificadas por la International Agency for Research on Cancer-France- como no cancerígenas para los humanos, y de los Dibenzofuranos policlorados (considerados únicamente contaminantes) ha permanecido constante respecto a la producida en ausencia de éste.

Todos los estudios efectuados sobre la toxicidad de los gases producidos en las combustiones de PVC respecto a la de los gases producidos en la combustión de otro tipo de materiales (Zikria et al, 1977; Barrow et al, 1979; Cassaret and Doul, 1975; Kishitani, 1971; Hilado, 1977; Hilado and Cumming, 1978; Hilado and Huttlinger, 1981; Smith et al, 1978; Spurgeon, 1978; Hofmann and Oettel, 1969; Cornish et al, 1975; National Bureau of Standards, 1982; Alarie and Anderson, 1981; Kaplan et al, University of Pittsburg, 1983; Packam and Crawford, 1984; National Academy of Sciencies, Committee on Fire Toxicology, 1982; Lie 1974; Brabouskas, 1981/82; O’Mara, 1977), entre ellos la madera, el algodón, otros tipos de plásticos, etc., han mostrado que la toxicidad relativa de éstos depende de muchos factores como son la temperatura de descomposición, el método de descomposición, el flujo de aire, la humedad, la especie animal utilizada, el grado de oxígeno presente, el tamaño de la habitación, el tratamiento de los datos, etc. Los numerosos estudios de investigadores de empresas privadas, del gobierno y de las universidades no han encontrado evidencias de que el PVC sea extremada o inusualmente tóxico respecto a otros materiales ensayados.

Por ejemplo, si comparamos con la madera, observamos que mientras que en ambos casos se produce monóxido y dióxido de carbono (aunque se produce más CO en la combustión de la madera que en la combustión del PVC), en el caso del PVC únicamente se genera HCl mientras que en el caso de la madera, se produce acroleina y formaldehido, 50 y 5 veces más tóxicos respectivamente que el cloruro de hidrógeno.


EXPERIENCIA PROFESIONAL Y CONCLUSIONES
Numerosos estudios realizados en incendios donde existía o se almacenaba gran cantidad de PVC han demostrado, por un lado, que los residuos tóxicos producidos no contienen cantidades anormales de dioxinas o furanos (como se argumenta desde muchos artículos donde no existe el más mínimo rigor científico y se escriben sin justificación experimental) y, por otro lado, que los humos generados, en general, y los efectos destructivos materiales y humanos del ácido clorhídrico (siempre en solución en presencia de agua o humedad), en concreto, han sido de un nivel parecido o incluso en ocasiones inferior a los generados en incendios de similares magnitudes que han involucrado materiales tradicionales (por ejemplo de madera).

El humo (gases tóxicos y/o corrosivos junto con partículas sólidas) generado en un incendio es el principal responsable de la pérdida de vidas humanas, ya sea por su naturaleza tóxica o por su naturaleza asfixiante debido al desplazamiento del aire (y por tanto del oxígeno) que nos rodea y que nos es imprescindible para la vida. Es, por tanto, un enemigo importante para las personas afectadas pero no para los equipos de extinción dado que estos utilizan equipos de respiración autónoma con presión positiva y equipos de protección personal.

El monóxido de carbono (gas extraordinariamente tóxico que, incluso en pequeñas cantidades, se combina con la hemoglobina de la sangre e impide el transporte de oxígeno a las células, lo que provoca mareos y vértigo, dolor de cabeza, un estado de aturdimiento y, finalmente, la muerte) generado en cualquier combustión es, junto con el dióxido de carbono (cuya peligrosidad radica en su capacidad de desplazamiento del aire -oxígeno- que nos rodea y por tanto en su naturaleza asfixiante), el gas más peligroso que podemos encontrar en un incendio, debido a sus especiales características, como el hecho de ser inodoro (no se detecta con el olfato) e incoloro (no se detecta con la vista), a diferencia del cloruro de hidrógeno que se huele y se ve y que, por tanto, se detecta fácilmente y cuyo nivel de toxicidad es más bajo que el primero. Además, se ha demostrado mediante numerosos experimentos de laboratorio (ver referencias en apartados anteriores) que las cantidades de cloruro de hidrógeno generadas dependen de varias condiciones pero son generalmente bastante inferiores a las que se esperaban teóricamente en un primer momento, además de decrecer rápidamente a lo largo del tiempo, al contrario que sucede con los niveles de monóxido de carbono.

Si tenemos en cuenta que el PVC tiene un contenido de cloro en peso de un 57 % como mínimo, es decir, que reducimos el contenido de carbono en un 57 %, comprenderemos que la emisión de monóxido y dióxido de carbono producido en la descomposición de este será más baja que la de cualquier otro material que solo contenga carbono, reduciendo, por tanto, el riesgo que representa la producción de estos gases.

Todo el mundo recordará el incendio en la discoteca Alcala 40 de Madrid, donde la mayoría de las víctimas murieron, sin darse cuenta, intoxicadas con el monóxido de carbono generado en el incendio que se declaró. Dado que hasta el momento, cualquier combustión genera monóxido de carbono (y también dióxido de carbono), lo único que podemos hacer es controlar la emisión de éste y el PVC, además de dificultar la acción de la llama (debido al contenido en cloro de su molécula que le confiere un carácter ignífugo), genera cloruro de hidrógeno gaseoso que, aunque es corrosivo cuando se halla en solución acuosa, posee una toxicidad inferior a la del monóxido de carbono, gas producido en cualquier combustión, presentando además la ventaja sobre éste de que, por su naturaleza irritante y de detección por el olfato, es detectado más fácilmente incluso en pequeñas cantidades no tóxicas.


EL USO DE PVC PLASTIFICADO EN JUGUETES
Un plastificante es una substancia que, incorporada al plástico, incrementa su flexibilidad, manejabilidad y elasticidad, disminuyendo la dureza y rigidez. Los plastificantes de tipo ftalato son los que mejor se adaptan al PVC y son los que más se emplean a nivel industrial (un 70% del consumo total de plastificantes).Durante 50 años este tipo de plastificantes se ha empleado principalmente en la industria de la celulosa, debido a que presentan excelentes propiedades, entre las que destacan su resistencia química a las disoluciones acuosas, (agua, saliva, sangre, etc... ). Esto hace que se use principalmente no sólo en productos como las mangueras, sino en productos que, por sus características, deben extremar la seguridad y la higiene, como son las bolsas y tubos de sangre, la alimentación intravenosa y, naturalmente, los juguetes.Los plastificantes son productos esenciales y mayoritarios dentro del producto acabado, lo que ha originado que desde un principio su utilización haya sido vigilada y controlada. Por esta razón el DEHP (también conocido como DOP), el plastificante más utilizado, es clasificado por la Comisión Europea como substancia no cancerígena ni irritante (25 de Julio de 1990). Distintos organismos internacionales, basándose en los numerosos estudios existentes sobre el tema, han coincidido en señalar la inocuidad de este plastificante.Hay que destacar también que no existe ningún estudio científico o médico que relacione los plastificantes con la aparición de enfermedades o disfunciones biológicas en el ser humano. Este hecho no se produce tan sólo entre usuarios de productos de PVC plastificado, sino que tampoco se ha encontrado en aquellos grupos que están más en contacto con los plastificantes, como trabajadores de fábricas de mangueras o juguetes, que por su actividad presentan un contacto directo con el plastificante puro y donde se puede realizar más fácilmente un seguimiento de la aparición de enfermedades.


EL PVC: ¿POR QUÉ TANTA ACOMETIDA?

Si el PVC es vital para muchos sectores industriales y de la vida cotidiana, también parece serlo para Greenpeace. Desde principios de esta década, Greenpeace inició su campaña contra el PVC en general. Para ello, se centraba en un determinado aspecto o sector relacionado con el PVC, para, una vez demostrado que sus argumentos eran falsos, pasar a un nuevo aspecto. Se arremetía contra el PVC en sectores como la construcción, envase, etc. y, en la actualidad, contra el juguete, sector menos poderoso que los anteriores.Greenpeace ha desarrollado esta campaña contra los juguetes, el pasado año, en vísperas de la campaña de Navidad, aunque los juguetes tan sólo representan el 0,7% del consumo total de PVC.


Si se repasa uno por uno los aspectos del PVC que más ha criticado Greenpeace, encontramos, en primer lugar, la presencia del monómero de cloruro de vinilo; esta presencia es inexistente debido a los actuales métodos de fabricación y al control riguroso que se realiza de las materias primas, exigidas por la ley desde los años 70.


Greenpeace también ha relacionado el PVC con la emisión de dioxinas. Por la importancia de este tema, se realizaron estudios en todo el mundo, sin que se haya llegado a la conclusión de que exista tal relación. En la actualidad, y aunque no existe ningún tipo de indicio o sospecha de peligrosidad, el objeto de su ataque es el uso de plastificante en juguetes.


Greenpeace, desde que inició su campaña contra el PVC, y en la actualidad contra los plastificantes, exhibe como éxitos medidas que se han tomado contra el uso de estos materiales. Si se observan con detenimiento, podemos ver que las restricciones de uso de estos materiales se han realizado voluntariamente por algunos fabricantes o distribuidores donde puede haber motivaciones comerciales (lo ecológico vende) o por autoridades de ámbito local, presionadas por la opinión pública (?); pero no se ha producido ninguna restricción al uso de materiales por parte de autoridades internacionales o competentes en la materia.


Es más Greenpeace silencia casos como el de la sentencia de la Justicia Alemana contraria a las afirmaciones de esta asociación, por involucrar el PVC con los fallecimientos en el incendio del aeropuerto de Düsseldorf (el PVC es ignífugo y no desprende monóxido de carbono) o cuando se demostró el apoyo que recibía por parte de fabricantes del material sustitutivo para las tarjetas de crédito (fabricadas en PVC) en su campaña de Inglaterra.


Greenpeace hace gala también de apoyarse en datos e informes científicos, aunque estos informes vienen siempre de sus propios equipos de investigación, por lo que no se pueden considerar imparciales. Por el contrario, la opinión de la mayoría de la comunidad científica coincide en señalar que la utilización de estos materiales no lleva consigo ningún tipo de riesgo para la salud.Resulta sorprendente que este grupo de presión afirme que en tan sólo dos años de investigación ha conseguido descubrir todo tipo de riesgos en el uso de artículos de PVC, cuando en 50 años de utilización y análisis no se ha detectado ni un solo caso de problemas de salud relacionado con el uso de estos materiales.


Greenpeace propone, asimismo, la utilización de materiales alternativos. Respecto a esto, todos los materiales por definición son productos inertes. El PVC no es más ni menos ecológico que cualquier otro material. Su fabricación y transformación requieren poca energía.


Como alternativas, Greenpeace propone el uso de la madera y otros materiales. ¿Es más ecológico talar un árbol que fabricar algo a partir de sal y petróleo? ¿Cómo responderían los bosques ante la demanda de madera?. Greenpeace reconoce que la utilización de otros plásticos es aceptable ecológicamente. Aunque, paradójicamente, los que proponen son mas baratos -polietileno y polipropileno-, simplemente no se utilizan porque no es factible. Las alternativas al PVC son ecológicamente peores o, simplemente, no son posibles.


¿ANALISIS MANIPULADOS?
Un estudio llevado a cabo por la Agencia Danesa de Protección Medioambiental recomendó la retirada del mercado de tres anillos de morder, fabricados por la marca italiana "Chicco", al considerar que liberaban ftalatos.


Tras conocerse dicho estudio, la marca "Chicco" suspendió inmediatamente la distribución de sus aros, y encomendó una investigación al laboratorio independiente Biolab, para hacer pruebas sobre mordedores. Al mismo tiempo, el Departamento de Salud Italiano llevó a cabo su propio examen de estos aros infantiles.


Ambos estudios -el del laboratorio privado italiano y el del organismo público del mismo país- encontraron que la liberación de los ftalatos de los mordedores de "Chicco" estaban muy por debajo de los límites permitidos y que, por tanto, no suponían un riesgo para la salud.


Además, una investigación independiente llevada a cabo por la TNO, Instituto de Investigación de la Nutrición y la Alimentación en Holanda, reveló la existencia de algunas distorsiones en la metodología, que, en efecto, invalidaban las conclusiones del informe danés. TNO observó que dicho estudio, realizado a partir de un baño de saliva simulada, estaba basado en niveles de exposición irreales, tanto en lo que se refiere al número de horas como al ritmo de masticación. Así, el experimento presuponía que un niño podría emplear en chuparlo, como mucho a dos horas, es decir, un tercio del tiempo sobre el cual el informe de la Agencia Danesa de Protección Medioambiental basaba sus conclusiones. Además, el niño simulado en el modelo realizaba unos 220 movimientos de labios por minuto, lo que, como es evidente, parece una cantidad exagerada. El gesto de succión normal de la boca de un bebé es aproximadamente de 20 a 60 veces por minuto. El Instituto holandés concluyó que la cifra del estudio realizado por la Agencia Danesa sobre la migración de ftalatos superaba en más de 17 veces la realidad.


Por su parte, el Instituto Superior de Sanidad de Italia concluyó que todas las muestras sometidas al análisis desprenden ftalatos en una cantidad tal que no constituye un riesgo para la salud. Señaló que "los valores de cesión de ftalatos encontrados muestran que la absorción de estas sustancias a través de estos productos es muy inferior a los valores considerados aceptables por el Comité Científico para la Alimentación Humana de la UE".


LOS VERTIDOS CONTROLADOS SEGUROS PARA ELIMINAR EL PVC

Según un estudio realizado por expertos de tres Universidades de Alemania y Suecia y encargado por el Consejo Europeo de Fabricantes de Vinilo, el Consejo Europeo de Plastificantes, la Asociación Europea de Estabilizadores y la Asociación del Programa Medioambiental de productos Organoestánicos e Hidropolímeros, indica que "la presencia de PVC en vertederos públicos no constituye un riesgo significativo para el medio ambiente".


El proyecto, que ha tenido una duración de tres años, llega a la conclusión de que no debería rechazarse el vertido controlado como opción de gestión de residuos para la eliminación de este material.

La investigación reveló que el PVC es resistente a la descomposición ante las condiciones del vertedero. Aunque se puede producir una pérdida parcial de plastificantes y estabilizadores, los niveles de concentración en la solución de percolación no constituyen riesgo medioambiental. Los niveles de metal encontrados en la solución de percolación no sufren alteraciones por la presencia de PVC y las concentraciones de cloruro de vinilo en el gas del vertedero no proceden del policloruro de vinilo.

NOTA: información bajada de la web.

Universidad Alejandro de Humboltd

Ingeniería en Mantenimiento de Obras

Cátedra: Instalaciones Sanitarias

Profesor: Francisco Farías

Alumna: Martínez Iracema

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